El recuerdo intacto de la casa de los abuelos
y mucho más siempre estará
presente en el haber propio.
Gracias Abuelos!

Nada se me olvido;
Aquel rincón de juguetes,
El oso blanco de peluche.
El de penitencias,
El arcón de los abuelos
El perfume a lavanda,
Con las maletas a cuesta
Sin deshacer aún;
Deshaciendo la casa de los abuelos.
Entro y deshago mis memorias,
Todo esta. Nada falta.
Parece que las paredes
Me dan ese calor de ayeres.
Susurran a mi oído,
Canciones gallegas;
Perfuman mi olfato
Las uvas del parral.
Emocionada recorro
La casa de los abuelos
La lágrima cae,
La sonrisa se dibuja.
Un timbre.
Miro. Cierro.
Con mis maletas a cuestas
Acudo como niña temerosa
A otros ayeres recurro…
La casa de los abuelos…
Sin maletas a cuestas
Ando caminos….
Mi camino intentando
Andar mi sendero
Para ser uno y se sostenga.
Mi infancia, los perfumes,
La casa de los abuelos
El aroma de vides,
Las paredes amarillas,
La lluvia… la torta…
El peluche y la muñeca Sisi,
Viven en mí en este hoy;
Dónde ayeres son parte
De este hoy que ayer fue de a dos.
Recorro la casa de los abuelos
Atemporo sus rincones
Y la habito con todo mi amor
En infinita gratitud!

Un ramo lleno de cosechas de ayeres
dejo para quién guste llevarlo
en gratitud por la amistad brindada
y en recuerdo de la siembra propia y de los ancestros!
Mi paz dejo.
