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lunes, 5 de abril de 2010

Tardecitas De C ielos, Espadas Y Meriendas!


Tardecitas, cielos y .......El Zorro...

Era por aquellos días, una media hora más linda de la tardecita cuando en cada cocina había un perfume sin par, pan con manteca y alguna mermelada casera, leche calentita con miel después de hacer las tareas para el colegio, y los delantales planchados para el día siguiente.
Era ahí que se nos daban permiso para encender la pantalla del televisor,
en uno de los canales pasaban una serie que mostraba a
La Ciudad de Monterrey, su aldea ,
sus haciendas españolas con aljibes en sus patios,
su taberna, su cuartel, las jóvenes con mantillas,
y los jóvenes enamorados que le cantaban serenatas con sus guitarras…
y cuando ya se hacia de noche, y la luna estaba en lo alto.
Era ahí en ese justo momento que aparecía Él.
Por los techos el rumor de su capa de seda negra,
y el regimiento de lanceros del Rey.
El Sargento García era el único que muy a su pesar no conciliaba su sueño, preocupado porque una gitana le había vaticinado un duelo,
en la taberna ya no corría el vino,
pero una sombra sutilmente se deslizaba por la bodega buscando barriles
de pólvora robados por los secuaces del Águila.
El Sargento pensaba que quizá al día siguiente podría hablar con su gran amigo Don Diego de la Vega sobre ese asunto que tanto lo atormentaba.
El caballero español siempre bien aconsejaba teniendo una opinión mesurada
y hasta algo Cobarde, todo lo contrario de su padre Don Alejandro,
rico hacendado.
Un resbalón hacía caer los toneles y despertaba a los malos, que bajaban apresuradamente las escaleras con armas,
para enfrentar y capturar al Zorro.
Pero su espada no fallaba,
y dejaría como recuerdo por su paso marcado la z de zorro,
Y al huir, ya nadie lo podía alcanzar
porque montado en Tornado era el viento mismo.
A veces con la ayuda de Bernardo quién con traje de repuesto y con tornado, hacía creer que era el Zorro.
EL Sargento García y el Cabo Reyes hacían la vista gorda,
pero quién era capaz de salir de un balcón a enfrentarse,
o bien saltar de techo en techo, o enfrentarse con varios contrincantes a la vez,
y sin perder el sombrero y esa cautivante sonrisa.
A pocos le quedaba tan, pero tan bien esos trajes bordados
y esas camisas con volados, ese peinado y esos finos bigotes,
solo a Don Diego!,
quién hacia suspirar a varias señoritas tanto del pueblo
como aquella primera novia del colegio.

Un día un señor de nombre Guy Williams falleció en su departamento de la calle Arenales en Buenos Aires,
ya peinando varias canas,
y contando incontables veces como ha sido contratado
por Walt Disney para filmar”El Zorro”,
y que había cerca de siete caballos para personificar a Tornado;
y que Bernardo en la vida real no era sordo ni mudo.
En esas instancias dónde quién realiza un trabajo no lo puede realizar más porque Dios lo ha llamado,
dejando a su nombre artístico, aparece su nombre de nacimiento:
Armando Catalano,
que ya algo cansado había decidido quedarse en Buenos Aires.

En virtud de su trabajo ha sumado una fortuna y una enorme fama y sin lugar a dudas un lugar especial en los cielos por luchar por los que menos tenían.
...AQUELLAS TARDECITAS

En las noches de luna,
aparece el bravo Zorro,
a dar vueltas por Monterrey,
Al Galope monta a Tornado.
Como viento atraviesa desiertos y montañas.
Y su marca queda vivida
en un rincón de nostalgia…
tardecitas, cielos y el Zorro
Otros tiempos….
Y esas tardecitas con sabores,
panecillos, manteca y miel, ahhh!
con sabores a Abuela Asturiana..
Ah! ...aquellas tardecitas.....
Les Dejo a Todos Ustedes Este Poema
para que le lleven a sus casas
y vivan junto a mí esas tardesitas
con caricias de la Abuela Asturiana !
Marycarmen
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